Con los conocimientos adquiridos
a través de un agradable chico durante la charla, pasábamos a una clase práctica
con otro que no solo me sorprendió su práctica en la aplicación de vinilos, sino
más su manera graciosa de difundir la lección. Un aplauso muy grande por los dos. Nos
enseñaron los trucos para hacer correcta la aplicación del producto prácticamente
uno a uno.
Posteriormente nos mostraron el
resto de las instalaciones de producción muy detalladamente. Solo puedo decir
que utilizan maquinaria de primer nivel y calidad.
Durante el recorrido nos dirigimos
al laboratorio. Ahí mostraron sus más avanzadas tecnologías de I+D y nos
dejaron ver las pruebas de calidad de los productos. Una vez más me gustaría alabar
la paciencia y exactitud de cómo nos lo explicaban todo.
Finalmente, fuimos otra vez a la
sala del principió para una ronda de preguntas finales y nos obsequiaron a cada
uno con un detalle.
Pero no termina aquí. Con toda la
visita ya era hora de comer. Nos invitaron a un restaurante muy acogedor y
elegante donde la comida era de primera. ¡Ahí comí la mejor carne que recuerdo!
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