No soy muy aficionado a las motos
y de primera no me llamaba mucho la atención esta visita. Pero lo que vi ahí dentro
me cautivó, por primera vez en mi vida tenía ganas de tener una moto, pero consiguieron
algo más, que tuviera ganas de tener una Ducati.
Las instalaciones constan de 3
partes: fabrica, museo y competición. Esta última como os debéis imaginar solo
vimos la fachada. Todo lo que hay ahí dentro es completamente confidencial. La fábrica
no fue así. Nos la mostraron bastante detalladamente y nos explicaron el
proceso de ella. Me encanto. La pasión con la que los trabajadores montaba, probaban
y limpiaban me dejo sin palabras.
El museo era muy original, todo él
estaba alrededor de un casco gigante. Había multitud de motos de todas las épocas
y gamas, las copas ganadas en competición y otros artilugios muy curiosos de
sus inicios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario